Olga Hepnarová nació el 30 de Junio de 1951 en Praga, la capital de
Checoslovaquia (actualmente República Checa). Era la hija de un empleado
de banca y de una dentista que era bastante retraída. Con el tiempo fue
cerrándose en sí misma cada vez más, hasta que en 1964 intentó
suicidarse.
Tras este intento de suicidio sus padres decidieron ponerla en manos de psiquiatras, quienes determinaron que estaba empezando a desarrollar problemas mentales y recomendaron internarla para someterla a
tratamiento. Tras el consentimiento de sus padres, Olga estuvo un año en
el sanatorio de Opařany.
Una vez fuera empezó a trabajar como camarera y dependienta de tienda en
varios lugares, pero su carácter la hacía sentirse mal rodeada de
gente, por lo que optó por sacarse el carnet de conducir y empezar a
conducir camiones. Según algunos autores, Olga fue la primera mujer
checa en conducir vehículos de gran tonelaje, aunque este dato no ha
podido ser comprobado.
El 10 de Julio de 1973 Olga dirigió su camión dos veces contra un grupo
de 25 personas que estaban esperando un tranvía. En aquel atropello
murieron 3 personas en el acto y otras 5 en los días siguientes. Otras
12 personas resultaron heridas de diversa consideración.
Dos días antes de esto había enviado una carta a dos periódicos, al
Svobodné slovo y al Mladý svět, aunque debido a la ineficacia postal de
entonces las cartas llegaron el día 12 de Julio. En ellas decía:
Soy una solitaria. Una persona destruida. Una
persona destruida por la gente. Tengo dos opciones: matarme o matar a
otros. Elijo vengarme de mis enemigos. Sería demasiado fácil salir de
este mundo como un suicidio anónimo. La sociedad es demasiado
indiferente, y con razón. Mi veredicto es: Yo, Olga Hepnarová, la
víctima de vuestra bestialidad, os condeno a muerte
Olga fue reducida casi inmediatamente después de acometer al gentío
por segunda vez, aunque es cierto que no opuso ninguna clase de
resistencia. Mientras era interrogada confirmó que su intención era
matar a tanta gente como fuese posible. Los expertos que la examinaron
concluyeron que Olga se encontraba en sus plenas facultades mentales
cuando cargó contra la gente con su camión. De hecho, recalcaron su
premeditación y el hecho de haber elegido una parada de tranvía que se
encontraba en una cuesta, lugar que le permitió conseguir una mayor
velocidad. Así mismo, también señalaron como agravante el hecho de que
diese marcha atrás y volviese a cargar contra el gentío que se
arremolinaba para atender a las primeras víctimas.
Tras un juicio bastante breve, Olga fue encontrada culpable de 8
asesinatos, lo que le granjeó la pena de muerte el día 6 de Abril de
1974. El Tribunal Supremo de Checoslovaquia ratificó la sentencia y el
entonces presidente, Gustav Husak, se negó a conceder un perdón.
Olga Hepnarová fue ejecutada en la prisión de Pankrác el día 12 de Marzo
de 1975, convirtiéndose en la última mujer en ser ejecutada en el país.